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lunes, 19 de diciembre de 2011

Sábado 17 de Diciembre de 2011


OTROS ELEMENTOS

Quería contar una historia
que no le hubiese ocurrido,
una historia donde la belleza
fuese centro y el dolor apenas
una encrucijada en la que desvestirse
y dormir hasta un nuevo encuentro.

La sangre latía en las concavidades de su sueño.
Entre los recovecos de sus células, convivían
el color rojo y las enredaderas agitándose.

Volvía sobre la noche y despertaba
para seguir queriendo ese sinsentido
que lo acompañaba, inexorable, como una ley
para la estupidez y el estropicio.

Había otros elementos en cuestión
había... y se quedó ahí en esa sombra
y yo le veía quedarse mientras partía
y después no supe más.

Desenredé la hebra de nuestra relación
y encontré las esquinas con sombras
y en medio un agujero negro de desilusión.

Cruz González Cardeñosa
Taller: Sábados 17:00 h

OTROS ELEMENTOS

Otros elementos adornan mi puesto esta Navidad.
Puede que alguna mirada, boquiabierta, se detenga
y no se sepa explicar bien su nuevo y extraño hambre.
Puede que yo me fije en su rostro por ser tan común,
en mí, digo, sacarle a los demás algún parecido,
según los adornos que ese día cuelguen de mis ojos.

Porque no es fácil ir por el mundo a cara descubierta,
puede que encuentre esa máscara que falta en tu rostro.

Antonia López

MÁS ENTUSIASMO
Miraba al horizonte con gesto dividido.
¡No pelees con burbujas de viento! le susurró un viejo acordeón.
Recoge el oro de tus ojos y espárcelo en la aldea del mundo,
en un brindis: engendra el entusiasmo
que se llevó el mar en su resaca.
Con la marea alta toman otro perfil las escapadas

Ana Velasco
Taller: Sábado 16h.

OTROS ELEMENTOS

Rechazo la singladura que en el mar
se abre a los naufragios.

Voces perecederas se alzan
en voces menos domesticadas,
más cercanas al abismo,
que desde el abismo crecen.

Porque ¿qué es el dolor
si no hay una palabra para nombrarlo?
¿Qué es su contracturado torbellino
si no este camino que ahora propongo?

Otros elementos menos destacados,
más imperfectos, se suman.
Y son ellos los encargados de decir la verdad,
de vociferar a gritos lo que un dios moribundo
le encomienda desde su trono.

Nada se escucha, salvo el susurro del viento.

Esta muda Ifigenia, este sordo elemento
que contra el muro del mundo escribe sus razones,
va dando pasos sobre el abismo,
sin saber cómo se sostiene.


Ruy Henríquez
17 de diciembre de 2011


OTROS ELEMENTOS

Ante los recuerdos, el amor florece inoportuno,
como una flor que muda sus alas
al contagio del vuelo, inalcanzable de los días.

Los días se apresuran,
se agolpan las miradas a través del cristal
ensombrecido, templadamente,
por el turbio caminar sobre los recuerdos;
balde donde descansar las heridas.

Se hace estrepitosa la bujía del tiempo,
oigo su movimiento que asciende por las cañerías del alma,
golpeadas por el silbido del viento,
cuando la mar arrebatada,
enfurecida por el alboroto,
devora las extensiones del pasado.

Anhelo el entierro de los años
aunque no me pertenezca.

Otros elementos, como selvas henchidas
nutren la noche espolvoreada sobre el océano.

Al fondo una vidriera de cabañas parpadea en el horizonte,
áridos bosques se esconden tras tus pupilas.

Magdalena Salamanca

MAXIMO ENTUSIASMO

Buscando una obra de arte
que acabe con mis sentidos,
recorro los bordes del abismo
intentando esquivar las balas
que caen del cielo en forma
de lluvia incesante de suspiros.

Cuando llega la mañana,
el silencio se hace mortal,
el horizonte una palabra
y la vida una canción sin fin
a punto de desafinar
a cada instante.

Por eso, le grito a los dioses
de este mundo
que tengan compasión
y que renuncien
al máximo entusiasmo.

LEANDRO BRISCIOLI

Otros elementos.

Ríos de leches manan de las cuevas,
impacientan por los canalones.
Los pelos de alambres
no les apostan diques
a las bocas,
sembradas en las vías
con calculadas intenciones,
para impedir el arribo de los cántaros
que de infinitos puntos llegan,
sin retornos.
Un anciano negro “babalao”,
puesto al tanto,
autoriza a sus inexpertos feligreses
a no afeitarse las molleras.

Juan Francisco González-Díaz

OTROS ELEMENTOS

Entre cinco personas,
tardaron dos días,
en poner mi piel en su lugar.
La mirada del escorpión
la había asustado 180º.
Trajeron una botella con recuerdos futuros
que pronto olvidaría.
Dos tenazas,
una de madera
con la palabra amor naciendo en sus extremos,
y una de acero,
con filamentos de océano,
que me arrancaban la calma,
cuando elegía una calle equivocada.
Me ataron a una silla,
construida con el vació que queda en la tierra,
cuando los insectos comienzan su jornada.
Y en ese imposible,
dibujaron un trabajo de siglos,
sobre lo que era mi cuerpo,
cada cuatro minutos.
¿Por qué tu bandera es enemiga del viento?
¿Qué haces con las puertas que te nacen del pecho?
¿Dónde te escondes cuando quieren verte?

Hernán Kozak
Taller de los Sábados a las 17.00

Más emoción

Con la mueca cruzada en la cara por el filo envenenado de sus versos,
un vástago me gritaba: “más emoción,
la risa nunca se desata en carcajada,
deja de conformarte escuchando las resonancias de mis legítimos ecos.

Sobrevolando tu agonía, como enjambre de serpientes
que se devoran desde el extremo, hallarás la nada que dejó mi voz,
mientras tu soledad se agrieta por la sombra de sus propias piedras,
convirtiéndote en escorzo sin volumen, arrinconado en esa cueva,
que confunde a plena luz la negrura con el misterio”.

Paloma Benito

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