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lunes, 28 de noviembre de 2011

Sábado 26 de Noviembre de 2011


ES COMPLETAMENTE ILÓGICO

Se ha ido, no sabemos dónde,
ha desaparecido entre la bruma.

Ella es una fugaz ilusión,
una estrella caída sobre el mar
que limpia sus lágrimas con la caricia de las olas.

Magdalena Salamanca

ES COMPLETAMENTE ILÓGICO

Se dobla el horizonte en el pliegue de las estrellas,
que sin luz, hacen sombra sobre tu nombre.

Toneladas de cuerpos como palabras
deshacen las horas entre nosotros.

En el filo de una hoja muerta
arrecian tempestades,
desigualdades de todos los colores
desenfundan sus armas contra el enemigo.

Cientos de animales detienen el camino
gotas de sangre encharcan los mares
cuando las plañideras hacen su trabajo.

Es completamente ilógico
sacar una moneda del bolsillo
para cambiar el sonido del hombre.

Aplausos sin medida
zumban mis oídos,
cuando despierto, lejos de ti.

Magdalena Salamanca

ES COMPLETAMENTE ILÓGICO

A sabiendas de lo que hará Saturno,
seguimos engendrando a sus hijos.


Antonia López


ES COMPLETAMENTE ILÓGICO

Es completamente ilógico
que mis brazos se desangren en tus bolsillos
y caigan lingotes de palabras horadando tus piernas.

Mientras mi voz recupera su conducta
una señorita le suplica a los hombres
en la estación de Nogués
que la deshonren con su mismo billete.

Le ofrecí mi casa para celebrar su ardor
y ahí mismo su largo vestido blanco
se enredó en las vías del tren
agasajando el terraplén
con su humilde cuerpo envenenado.

Adrián Castaño
Sábado 16.00 hs.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Sábado 19 de Noviembre de 2011


AL REVÉS

Cada escalón inventaba tus brazos y era el fervor que subía hacia la
orbita afilando el encuentro con tus ojos.
A la noche, el amor se había acostado con nosotros y nuestras iniciales
pendían de una voz, alguna interjección que sitiaba el futuro.
Inalcanzable la letra y sin embargo volvíamos feliz a la tierra para
descansar en el blanco de la higuera.
En la puerta, celebrábamos los bordados, las idas y venidas del
corazón que se agujereaba en cada moneda.
Acatando de puntillas a las estrellas, la noche desnudaba los reflejos y
cada uno adelgazaba en una transparencia.
Cada alegría dibujaba la superficie; Tú, montando en un sueño, yo,
produciendo un ataúd al revés.


Clémence Loonis

Al revés

Perdimos la cabeza en el traspié de las palabras,
precipitándose al vacío
en busca de las curvas de un meandro sin mar.

Caídos del revés, esperamos percibir con nitidez todas las formas,
pero de abajo a arriba nunca llueve
ni en el sol se refleja el brillo oculto de tus zapatos.

Un paso más nos habrá convertido en acróbatas del tiempo,
que, desde un suelo sin raíces, elevarán los días
para poder hablar, esta vez, sin invertirse.


Paloma Benito

EL REVÉS

La primera vez le dijo el espejo:
“Te presento a ti mismo”

La segunda vez le dijo:
“Sé lo que me vas a pedir,
que sigas siendo el mismo”.

La tercera vez:
“Perdón, te leí al revés”


Antonia López

AL REVÉS

Establecidos los límites de tu cuerpo
las notas que sonaban deformes
discurren por tu piel como gotas de lluvia
sobre los cristales del tiempo.

Ya no será preciso encogidos rincones
de aguaceros violentos
ni desiertos de luna esperando algún muerto.

Cayó en el abismo el remolino de luz
que te nombraba, quieto.

Cruz González Cardeñosa
Taller: Sábados 17:00 h



AL REVES

En un baile de pliegues que dilatan el ocaso
manos distendidas deshilan una flor.

Un corazón helado revienta el iceberg
cuando el amante celoso ofrece el secreto de su amparo
y el cisne despliega sus alas sobre el oasis de cieno.


En el escenario se subleva Cronos,
el viento se agita,
el danzante recuerda que un día…siendo niño,
le dolían los pies de tanta andanza sin sentido
que unas manos crecidas le ordenaban.

Resolviendo que si su vida era dar vueltas
un revés al mundo y…
mejor en saltarín que a golpe de los dados.

Ana Velasco
Taller: Sábados 16h.

AL REVES

Esos pasos que oyes en el piso de arriba
son mis propios pasos,
los desherede una tarde
que se inclinaron al asesinato y la prisa.

En su locura
fueron diciendo que eran huérfanos,
y se armaron con la dureza del viento,
cuando rompe la única rama que nos sujeta a la tierra.

Al cruzarnos en la avenida de algún sentimiento,
giran la cabeza hasta creerme una ilusión,
cuando en escaleras horizontales nos reconocemos,
mueven sus labios hasta escalar la montaña que los salve.

A veces pienso si me equivoque,
si el sonido helado de los cuchillos,
no debió separarnos.

Hernán Kozak
Taller de los Sábados a las 17.00

Al revés
La música del violín,
de dos palos de escobas recortadas,
apuntala la barahúnda
de semillas,
bejucos
y tabacos.
¡La cabeza de este negro!
A ratos,
deja de ser el péndulo de un reloj.
Los vientos,
dentro y fuera de los pasos,
cargan
el saco agujereado
de des cuerdos y recuerdos,
de “Cañón”,
el hijo de Ana.
Juan Francisco González-Díaz
AL REVÉS

Escuché al fuego acercarse por los pasillos de tus manos
como scapolopendra intentando llegar a la orilla.

Quizá un barco en alta mar, cuando llegue al borde del horizonte,
despliegue sus alas y pueda regresar para contarlo.

La descomposición de la burla amamanta a los muertos de la rutina,
que se abandonan, entre fauces, lo amado.

Ladrón de ambiciones y prebendas, sepulturero de otras pasiones,
entraste sin apenas avisar estando sellada la posada.

¡Abandona la bravura! Muda la piel como si la magia atormentase tu planicie,
sé el canto del incienso columpiándose en los templos sagrados.

Inventa la conquista, sálvate del escarnio; planta una flor o vístete de libertad.
Animal o muerte te esperan a los pies de la cama.


Magdalena Salamanca

HIMNO A LA BAJEZA

Buscando el eco sangrante de la noche,
enciendo un horizonte cruel
que desvíe mi camino
para poder pertenecer
al reino del mal.

El aburrimiento, se decía,
es el segundo mal universal
después de la muerte
y, en ese vacío sórdido,
tomo las garras de la fortuna,
los bordes de algún deseo
y la espalda de alguna mujer.

Te mira el tigre,
él ya eligió su presa
y sólo queda esperar
que su banquete estalle
entre romances acompasados,
lágrimas azules
y violentas miradas que penetren
todo el sabor de la locura.

LEANDRO BRISCIOLI


AL REVÉS

Sucedió mañana, entre mis dos únicos dedos,
el perro jugaba con su garganta a desarmar el ladrido
en la jauría de los demonios de mi voz.

Afiolado y de memoria, recorrí cada rincón de tu perlado pecho
como si fuera la ruta donde volcó su aguijón, el viento desertor.

No te nombro porque mis manos no lo permiten,
te juego en cada partida y en cada regreso,
tus ojos de miel ahora endulzan el cuerpo que no ves.

A menudo suelo caminar hasta donde tu nombre se dejó caer,
veo entre la hierba el resplandor de las letras, violadas por el duelo del canto.

Aquí, en el centro de la muerte, te digo: voy al revés.

Adrián Castaño
Sábado 16.00 hs

lunes, 14 de noviembre de 2011

Sábado 12 de Noviembre de 2011


HIMNO A LA BAJEZA

“¡Oh, mi capitán, mi capitán! ¿Alma grande,
grande y viejo corazón, a pesar de todo!
¿Por qué ha de ser necesario que nadie
persiga a ese odiado pez? ¡Vámonos de aquí!
¡Huyamos de estas aguas mortales! ¡Vámonos a casa!”

Herman Melville, Moby Dick

Había tantas cosas contra qué rebelarse…
Estaba la familia, con su abrazo de animal
amamantando a sus cachorros.
Estaba el amor y sus múltiple delirios.
Estaba la ciega, la sorda honra
con que te condecoran:
Para no dejarte hablar,
para no dejar expresar en libertad
los restos de humanidad que aún
quedan en tu alma.

De tanto inclinar la cabeza,
de tanto besar manos en las fiestas,
de tanto masticar la misma cena fría
te vas rindiendo en la pereza.

¿Quién quiere morir en soledad,
desafiando su destino?

¿Quién quiere, en altamar,
romper en olas su corazón,
saltar abriéndose al viento
como un arpón brillando
bajo la luz del alba?

¡Piedad! ¡Piedad!
Gritaba el condenado sentado a la mesa.
Esta historia se repite ya demasiadas veces.
Este ángel no sabe que guarda en mí un cadáver.
Llueve otra vez esta tristeza
y, sin embargo,
vendo mi alma como un cobarde.


Ruy Henríquez
12 de noviembre de 2011

HIMNO A LA BAJEZA

“Creo en ti, alma mía.
Pero el otro que soy, no debe humillarse ante ti, ni tú debes
humillarte ante él” (León Felipe, en Canto a mí mismo)

En caminante, sobre el plisado de los hombres
te paseas en atuendo inelástico,
vas quebrando la romana de los justos,
manejas hábilmente las claves del desprecio.

En comenta de burla, atraviesas fronteras
te complaces de huestes de ignominia,
tu risa es terremoto en almas de mesura,
galopas a caballo de una febril codicia.

Ocupas cualquier hueco de almas abatidas,
feliz en carcelero, gozosa en salones de poder,
eres virtud de cierta picaresca tú, bajeza,
y escribes la crónica del ser y su sonrojo.

Ana Velasco
Taller: sábados 16h.

HIMNO A LA BAJEZA

Por sobre los muelles y las cadenas
se afila la bruma
encandilada mitad que llama a la sal,
memoria.

Esa luz que transita en la sangre,
que combate sobre el cristal,
el reflejo de la muerte.
El único oro que desgasta su vocablo al erguirse.

Apuntar a la lágrima de la primavera
con las uñas de la derrota,
huésped sin depósito de cifras,
desliz insoluble que no vuelve.

Bajar a los cielos hurgando las pertenencias,
el insensato precio que enajena la batalla última.

Sollozo y abismo,
inasible ala que desespera.


Clémence Loonis
Taller 17h


HIMNO A LA BAJEZA
Me atravesó con sus dos antílopes de terciopelo,
casi al borde del equilibrio,
de la ausencia disparada sobre la mesa,
de la letra que busca un destino bajo la boca.

Al borde de una lagrima huérfana de cauce
y de coherencia a la hora del desayuno,
levanto sus banderas,
como un faro que hubiera perdido el mar en sus bolsillos,
como una espina que hubiera puesto en venta su arrogancia,
como el deseo imposible de explicarme
que todo fue por el beso que no nos dimos esa mañana.

Hernán Kozak
Taller de los Sábados a las 17.00

HIMNO A LA BAJEZA

Grita la toga un instante de justicia
ante la contundente sentencia al oprimido.

¡Qué bella es la locura en manos de la ley!

Sueña el padre con sus códigos
escritos por ecuménicos oradores,
pero la venganza alza su brazo
cuando la burla desnuda la noche.

No llore señor juez
¿cuántas veces su aire de hombre poderoso
enmudeció a los que cometieron el error de enamorarse?
¿cuántos asesinos, gracias a su mano diestra,
comparten conmigo el desayuno?

La justicia pide libertad
no quiere más habitáculos de madera noble
simulando la última cena,
ni voces populares
que opinen sentencias en sus ratos libres.

La justicia, fustiga la carne del juez en la intimidad
porque Dios, que puso ojos en todas las manos
y creó memorias a punta de dedo,
sabe que el hombre ni siendo padre,
sienta jurisprudencia sobre sus demonios.

Magdalena Salamanca

LA META

Tratando de llegar a ningún lado,
me atormentan las musas violetas
que llegan en forma de disparo
para entrar, de una vez,
en mi vida.

Intentando encontrarte,
olvido el punto de salida,
la cálida fracción de tus encantos,
lo sutil que habita tu piel.

Me doy vuelta y no veo nada,
el pasado no existe
y el futuro nunca llega.

Ahí, en la meta,
todo es empezar...

Leandro Briscioli

HIMNO A LA BAJEZA

Daremos paso a la palabra ingenua.

Prostituiremos la expresión libre.

Aplazaremos nuestro deseo.

Tendremos una vida de prestado.

Antonia López

lunes, 7 de noviembre de 2011

Sábado 5 de Noviembre de 2011


LA META

Fue como si la luna
se posara en mi codo izquierdo
y abriera sus alas para mirarme.
No recuerdo otra cosa,
que el camino de sombreros de cactus,
el pincel que traía contadas las cataratas,
y aquel hombre al que le faltaba la mitad
de la palabra lluvia
cuando movía sus dedos ensangrentados.

Espero que ahora entiendan,
porque arranque todas las puertas
de la casa de muñecas
que guardaba bajo las tres y cuarto.

Espero que puedan indicarme
el sonido hacia la siguiente estación.

Hernán Kozak
Taller de los Sábados a las 17.00

LA HERIDA
Íbamos sofocando las lágrimas,
por la vereda de la ira
los crisantemos tenían un solo color,
la herida fue tan profunda
que tiñó todas las raíces
y hasta las piedras sudaban sangre.

Ana Velasco
Taller: Sábados 16h.

L a meta

Blanco sobre blanco
y una mancha diluida en el vértice izquierdo,
a punto de caer en mi propio laberinto,
queriendo alcanzar alguna meta;
ella, en un acto de generosidad, se acercó unos centímetros
hasta perder sus bordes. Luego, alzándose victoriosa,
se dibujó como una línea sola, sin mí.

Paloma Benito


LA META
Horas de soledad
Y nunca jamás
me sentí tan vivamente acompañada.
Invisible dimensión de un encuentro poético.
Machado, a pesar de muerto logras
que otros se acerquen a tus vivos versos,
que clavan en el alma
con la bestialidad de unos labios inmortales,
y de belleza etérea.
Duele, duele vivir si no es con poesía.

Montserrat Gómez

LA META

Atado de pies y manos
a voces infinitas,
apostado en la salida
que cuatro ángulos limitan,
como cuatro ángeles férreos
la comisura de mis párpados,
la meta me dará alcance
sin medir la distancia.

Antonia López

LA META

¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?
¿Acaso saben ustedes dónde queda?

Quizá sea un escorpión con brios de nácar
revolcándose en el trigal el que, sin más, se acerque,
a la lagartija de dulce mirada
suponiendo que la corte del rey amparará su romance.

Pero, si salimos de las ácaros y las esporas por profanar la vida
y adentramos nuestras almas en el reino de Dios
¿cómo conocer su cara de ojo sin morir de miedo?

Podemos balancear los sentimientos,
contar los latidos del tiempo,
plantar un verbo en soledad
y regarlo con viñetas de humor,
quizá luzca el sol cuando la meta.

¡No, qué barbaridad!
Estáis llegando a lo más alto, os veo cabizbajos, sin aliento,
diseñando puntos de unión en el mercado de letras,
derrochando violentas pinceladas en planos falsos,
estructuras deformadas por el odio,
¡qué inestable el cariño cuando se compra a granel!

Un kilo de azul cielo pesa lo mismo que tus besos.
Un amante de hologramas fomenta las caricias
y ya no sé, si quiero llegar o esperar o
rendir homenaje a la paciencia que la meta esconde
allí, al otro lado del río, sentada con su guadaña.

Magdalena Salamanca


EL FUEGO QUE ARREBATO

Desde el umbral de mi piel,
recorro caminos infinitos
de amores y desencuentros
donde una mujer cae en mis sábanas
para poder sostener esta locura.

Se queman mis manos cuando tu voz
aparece como un caballo sin ley,
en las cercanías de mi cuerpo,
en la agónica oscuridad que me esclaviza
y en la cima que rodea toda esa pasión.

Tratando de encontrarte,
me pierdo en tu espalda,
me hago humo entre palabras
y caigo en el medio justo de tu ser.

Arrebato el perfume de tu canto,
la cálida fracción de tus pupilas,
el fuego sagrado que nos une.

LEANDRO BRISCIOLI


LA META

Sobre el cristal, ufanas se reflejan,
en blanquecinos bronces,
las claras cadencias de su nombre
y las múltiples regiones que le llenan.

Es una tumba en el aire desgarrada,
es un fulgor de hombre ametrallado.

Es un dolor que no sabe que su meta
es temblar y nombrar a cada paso.

Ella doblega la sombra
y despereza su alma de costado,
su pérfida costumbre de soñar
y ser cantado,
mientras poco a poco
en versos se deshace.


Ruy Henríquez
5 de noviembre de 2011