Contador

lunes, 12 de diciembre de 2011

Sábado 10 de Diciembre de 2011


MAXIMO ENTUSIASMO

¡Ay! un plumaje de vuelo,
un candor hablándome la noche
y los extremos juntando hojas de ruta,
direcciones para envolver tu cuerpo de luciérnaga.

Sé que la canción es un va
porque ilumina los cabellos que viven al aire libre.
Un misterio susurra varios rostros
y los rumores con sus trabajos
advierten pendientes hechizadas
para llamar a la sangre,
cántaro de dios.

Y nos encontramos agrupados en la cabeza de un flirteo,
con un movimiento de palabra,
inclinando la estrella voraz,
buscando una vez más,
desenmascarar la lejanía.

Clémence Loonis

MÁXIMO ENTUSIASMO

Miró los barrotes
con los que se había acostumbrado
a medir el crecimiento de sus ideas.

Fuertemente agarrados por sus manos,
que siempre sentía más libres que su cabeza,
los hierros comenzaron a ablandarse
hasta hacerse dos paréntesis elásticos
entre sus ojos.

Pudo traspasarlos,
arrojarse al espacio inconmensurable,
vaciarse de viejas paredes
que cobijaban un sucedáneo del tiempo.

Toda su vida
se fundió en ese instante
en que se levantó
para sentarse a escribir.

Antonia López

MÁXIMO ENTUSIASMO

Sobrevendrán las pardas flores del otoño
y la lluvia nupcial de sus encuentros.
Usina que en tu garganta resuenan
las voces plurales de los hombres.

Siembra en tu campo yerto
el magro sustento de los bosques,
la tibia espiga que el alción desgarra
en la carne tierna de las aves jóvenes.

¡Vocal detenida, álgida sílaba,
que en la boca del viento silva!

Lleva a otros hombre este canto,
la fugaz andadura de una hoja
escrita con los metales del tiempo.

Ruy Henríquez
10 de diciembre de 2011

MÁXIMO ENTUSIASMO

El hombre aquel que por las noches lloraba su tristeza
se levantó una mañana y sonrió al sol.

El oro líquido de sus venas discurría apresuradamente
bañando sus interioridades de un lujo exterior
que nada tenía que ver con la luz o los colores.

Gritando en su desesperación silenciosa
vertía el rojo de su sangre sobre la calle
mientras su cuerpo iba tornándose gris.

El llanto del mundo en sus ojos
fue su máximo entusiasmo.
Después cerró los ojos
y se dejó caer en la fosa abierta
con tanto amor durante tantos años
y se abrazó a la tumba y entre sus brazos murió.

Cruz González Cardeñosa
Taller: Sábados 17:00 h

MÁXIMO ENTUSIASMO

Cuando aún los días se parten por su dureza
los dioses de las caricias rescatan gestos olvidados,
aferran su amargura a terrones de versos
y expanden sobre tu vientre playas de sol.

El entusiasmo sazona los sentimientos
en diagonales a nivel del suelo,
para que las huellas se eleven al cielo
como suspiros arrancados del pasado para volar.

Volar como una musa vestida de amapolas
que sin planes para mañana, ambiciona un minuto,
un silbido de espejo reflejado en el mar
una estrella flotante que baila con las olas.

Has venido de tan lejos que los párpados
laten entre ideas acristaladas
como gotas de luz conquistando el desierto
entre fantasías de palabras, oasis para el amor.

Sé que desapareces cuando te nombro
pero saltar sobre los muelles de tu nombre
amplia la mirada y las nubes se convierten
en un hogar que nos habita.

Magdalena Salamanca

MAXIMO ENTUSIASMO

Es como cuando estas llegando a la costa
y el amor se asoma entre las montañas,
parecido a una luz intermitente
y luego se desnuda para ti.

Igual que el sonido que susurra la tierra,
un rato después de haber abierto sus canales el cielo.

Parecido a ese calor que desprende el fusil,
cuando mira a los ojos del que será
el último muerto del día.

Hernán Kozak
Taller de los Sábados a las 17.00

Máximo entusiasmo

En insólitos sitios
fructifica
el clamor de los recados,
con más de 100 ojos labora
el “esto va mejor”
y enternecedora,
la risa,
boicotea las dudas.

Las vidrieras
pretextan
el santo amparo de lo amarillo.

Por abiertos giros
alumbran
los roces de los brazos.

El futuro
sorprende.

Juan Francisco González-Díaz

MÁXIMO ENTUSIASMO

En la selva,
las húmedas garras
de los depredadores del tiempo
tiemblan con sus propios sueños
hasta ser aniquilados
por la esterilidad de los cielos.

Conversaban con los muertos
sobre sus cenizas,
firmaron algunos silencios
y el cemento
comenzaba a endurecerse
sobre sus piernas.

Una raza inconquistable
se les adelantó en el camino,
las venas se desgarraban
como música para la sangre
y desde el futuro
vendrán a dar forma a la muerte.

Adrián Castaño
Sábado 16.00 hs.

No hay comentarios:

Publicar un comentario