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lunes, 7 de mayo de 2012

Sábado 5 de mayo de 2012


NO PASA NADA


El mimo se levantó temprano para escuchar al mirlo,
sus huellas asomaban gélidas a través de las raquetas de nieve,
no era tiempo, sin embargo, para mañanas blancas.

El pudor raptaba el perfume del deseo,
mientras un gato negro ronroneaba erguido en su cabello.

Sangraban los adoquines,
no cabía escritura en los mudos renglones
las sílabas se diluían entre arena y oro
las vitrinas contenían destellos de espera.

Un sobresalto separó al cómico del sueño
indicándole que no era para tanto,
que los títeres crecen a cada instante
pero la eternidad no ha brotado y en tiempo de cerezas,
todavía quedan rayos para lucir carcajadas.

Ana Velasco


Taller: sábados 16h.

No pasa nada
No pasa nada cuando tus murmullos,
atraviesan los sonidos de mi piel,
las ecuaciones pierden sus incógnitas,
Y la ternura desborda su luz.
No pasa nada cuando una antorcha de versos
enciende la magia,
atrapando miradas enamoradas.
No pasa nada por temblar con un verso.


Montserrat Gómez Plaza

NO PASA NADA (a Guardiola)

Se desprenden acantilados de las cuencas de tus ojos
que, sin mediar palabra, alzan la mirada al horizonte
y proclaman con un grito, un instante de cordura.

La permanencia desciende de las cumbres más altas
y clama arrodillada un punto y seguido.

He oído el llanto lujurioso de la victoria con pausa,
el gemido hilarante de los hombres que te habitan
saltando entre gradas de ilusión.

La cautela eleva la nobleza hasta los habitáculos de Dios,
que, desde la tribuna de los ángeles, lamenta tu marcha.

Son millones de pasiones sumadas en tropel
las que albergan el vacío de una lágrima,
vuelta hacia delante del que, sin miedo, saber parar.

¡No pasa nada! La ilusión no muere entre los astros,
ve y tiende todos los triunfos en un diván de palabras,
quizá tu retorno, consiga dar ejemplo a la humanidad.

Magdalena Salamanca Gallego

NADA SUPO DE LA VIDA

Las campanas han perdido su alma y su brillo,
ya no suenan redobles de enhorabuena
ni ritmos fúnebres, doblando la tristeza de una viuda,
que nunca trepó por un verso de felicidad.

Se le escaparon los años, como las teclas extrañas a la armonía,
fundidas en negro, sin marfiles de plata engalanando
los mosaicos que trasgredieron su rostro.

Él abandona un suspiro, como sombra incrustada en su espalda,
a lo largo de un tiempo que jamás le perteneció.

Ella -disfrazada de otros- arrancará de su pamela una punta de vida,
convirtiéndola, con un falso truco, en un lugar imposible para soñar.

Paloma Benito

NO PASA NADA

Vuelve la sed a anudarse a mi garganta,
como si no hubiese bebido de los sueños.

Es esta luz del día la que me absorbe ahora,
para que sea trazo inmaterial en el recuerdo.

Antonia López

NO PASA NADA

Pinturas sobre el rostro de la luna
para inventar luceros que brillen
después que la lluvia ceje
en su empeño de agua.

Cruz González Cardeñosa
Taller: Sábados 17:00 h

NO PASA NADA

Despedida para Pep Guardiola
4/05/12

Fue hace cuatro años,
traías las fotos que todos guardábamos,
de un jugador,
abierto a una elegancia imposible.

Cuatro, el número con el que volabas
y nos hacías soñar.

Los que te conocían, aventajados,
adivinaban que encontrarías tu lugar.

Con la historia del club marcada en tus pupilas,
con tus maestros dirigiendo sin saber,
con el gusto por el juego y el decir,
ocupaste una posición en nuestra alegría.

Los que aman el fútbol,
te admiran,
por la exactitud en tiempo y espacio,
de las frases que con las que has ido haciendo,
una manera de vivir,
atado a un balón y a once versos
combinados más allá del sonido final.

Llegaste para
hacer grandes a los grandes,
para señalar, cuando alguien olvidaba,
que lo aprendido, puede morir en manos
de quien cree haber llegado.
Llegaste para
acompañar a los jóvenes que como tu,
deseaban construir un equipo,
casi sin importar los nombres que todos recordaríamos.

Gracias Pep, por el futuro.

Hernán Kozak
Taller de los Sábados a las 17.00

NO HE VISTO NADA

Quiero encontrar el final del camino,
amarrarme sin piedad al horizonte,
hundirme ferozmente al abismo
que habita en el tic tac de las horas,
la locura exagerada del tiempo.

Recuerdo tus arrebatadas noches
donde tu voz,
se hacía carne en mis entrañas
y, yo, era el ladrón de tus suspiros,
esa gota derramada pidiendo perdón,
gritando desesperadamente
por alguna nueva razón de los vértices,
que viven en cada instante
donde la palabra y tu piel,
se juntan en esta nueva y vieja
canción de melodía.

Lo juro:
no he visto nada.

LEANDRO BRISCIOLI