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lunes, 24 de octubre de 2011

Sábado 22 de octubre de 2011


NUESTRO PATRIMONIO

¡Qué son nuestros!
¡Qué el mundo los trajo para ti!
No me oyes.

¡Eh, tú! Acércate, quiero contarte un secreto,
todo lo que ves es tuyo,
millones de hombres han hecho para ti, este mundo,
¿por qué lo desprecias? ¿no quieres agradecer
que la humanidad misma,
que todas las manos de todos los muertos,
que sus sonrisas y sus guiños, sean tuyos?

No seas rencoroso y lee,
vive un poco por ellos
desentierra sus nombres,
llora un ratito su emoción
y canta.

¡Eh tú! Resucita que estás dormido
dile adiós, hasta mañana,
aunque no esté, deja que sueña contigo,
déjale habitar tus noches,
que toque las membranas del ocaso
cuando, aún, yaces sobre la cama.

¡Eh! Despierta,
solo es un libro,
aun te quedan millones de tumbas
repletas de páginas por revivir.


Magdalena Salamanca


Nuestro patrimonio

Vivías en la penumbra de tu propia fortaleza
que ofrecía al mar sus secretos
pulidos con el ritmo tenue de las horas.

Te invoqué a los siete vientos,
haciendo mío nuestro patrimonio,
y una aurora boreal quemó tus labios
con el roce de mis versos.

El sol, deslumbrado por tantas palabras,
abrochó sus ojos, mientras cincelabas
cuidadosamente el sonido del viento
para construir un nuevo baluarte,
pero, volviéndose sobre tu espalda,
los verbos cayeron primero,
sin más días, noches o murallas.

Paloma Benito


NUESTRO PATRIMONIO

Nuestro patrimonio nos oculta,
disipa nuestra imagen
su renovada apariencia.

Como un espacio sin paisaje,
emborrona nuestro rostro.

Un lugar al que volver
para seguir mirándonos.

Antonia López

NUESTRO PATRIMONIO

Nuestro patrimonio
fueron sus palabras,
entretejidas en el aire
nupcial de la mañana.

Conversaba
con la flor ceñida de su talle,
con su plural color,
sus secretas
virtudes materiales.

Venía desde lejos
sonriendo en el lenguaje
activo de las olas,
trayendo en su boca
los modales
de una juventud
de acero y bronce,
los duros metales
de sus versos.

Cantaba al porvenir
de los encuentros,
al obrero callado y serio,
concentrando en su tarea
un amor que no se besa,
un amor que no se dice,
un amor que sólo se hace.

Ruy Henríquez

NUESTRO PATRIMONIO

Ayer llore toda la noche,
bajo un silencio que nunca había escuchado.
Desde que nací la tierra temblaba
ante el horror de sus hijos asesinados
y los que morirían a la mañana siguiente.

Entre disparo y disparo,
todo parecía olvidarse.
La ceguera cubría los edificios cotidianos,
lo imposible cerraba nuestra memoria,
la sangre secaba su huellas lejos de la ciudad.

Hasta el siguiente golpe,
cruel, arrogante,
certero mordisco donde la muerte volvía a matar
lo que quedaba de hombre en ellos.

Ayer llore toda la noche.
Con las armas que nadie supo usar,
con los disfraces de dioses encadenados,
prometieron quemar sus pistolas,
en una hoguera de palabras,
prometieron dejarnos en paz.

Hernán Kozak
Taller de los Sábados a las 17.00

ME MARCHO

Porque ya no queda tierra por llover,
las frágiles gotas de tu piel
se secaron con el viento del océano,
que cruzó las calles de tu último nombre.

Casi sin memoria,
me destejo en el invierno de la Boca,
donde corríamos tras una pelota descosida,
y los cuarteados labios de las niñas
amasaban el pan de las noches.

Mi corazón sabe rezar,
pero las oraciones caducaron en tu voz,
sin violencia pedías por favor que te amara
y rompías las sogas que te ataban al respaldo de la acera.

En el barro escribimos nuestros nombres
como si fuera para siempre,
en el árbol están nuestras iniciales endurecidas
como una partitura escrita
por los picos de algún pájaro cantor.

Me envenené tantas veces sobre tus labios
que ya mi lengua no convierte ningún verso
en manos forajidas, como las de esa guitarra
que bailaba sobre los cuerpos muertos.

Me atrevo a confesarte todas las mentiras sobre está tumba,
porque el verdadero muerto, está por nacer.

Adrián Castaño
Sábado 16.00 hs.

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