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martes, 17 de abril de 2012

Sábado 31 de Marzo de 2012


“TENER COMPASIÓN SIEMPRE FUE PERDER EL TIEMPO”
Cesare Pavese

Regulo los motores al ritmo de la historia.
Asemejo mi rostro al rostro de las flores
y mis oídos al deslizar discontinuo
de una vocal sobre mi piel.

Distraigo el zumbido irritante de las noches
a la intemperie y danzo un irreverente compás.

El tiempo me reclama suya
y con pasión destrono al esqueleto
dispuesto a la madera y sustituyo
la quimerica ilusión de una romanza
por los pies en la tierra y una voz.

Cruz González Cardeñosa
Taller: Sábados 17:00 h

TENER COMPASIÓN SIEMPRE FUE PASAR EL TIEMPO

Navegamos, oteando las alturas, hacia grutas clandestinas sin muros protectores,
esperando una mano soberana que pudiera redimirnos de todo pecado.

Saltando de víscera en víscera, pudimos soportar cualquier molestia del crecimiento,
a cambio de ejecutar el corte exacto en las arterias del amor.

Fue nuestro llanto suficiente para secar oleajes de nobles pináculos,
envolvente cifrada en sepia y lumbre derramada entre resonancias de la costumbre,
donde nos dimos cuenta de que tener compasión era sólo pasar el tiempo.

Palabras ensayadas, como el levante agitando las ramas, no pudieron evitar que,
en perfecto equilibrio, cayera, penetrable, la inicial de una nueva vida.

Paloma Benito

COMPADECERSE SIEMPRE FUE PERDER EL TIEMPO

Un gran río de piedras craneales,
más unidas en la muerte que en la vida,
asomaba en un desvío del camino.

Al cruzar este río, nuestras dudas
empezaban a secarse bajo el sol.

Su aridez labraba en nuestros ojos,
ahondaba hasta la raíz más profunda,
hasta el último grito del renacer.

Antonia Lopez

TENER COMPASIÓN SIEMPRE FUE PERDER EL TIEMPO

Compañero del dolor,
de ti se apiada mi cordura
y mi tibio corazón se engaña
enredado con tus lágrimas.

Por ti bostezo, unilateral,
consciente de que sufro,
sin saber que ni a ti te ayudo
ni yo consigo nada.

Porque tener compasión
siempre fue perder el tiempo,
abandono de antemano la esperanza,
la ilusión de hacer hermanos
padeciendo la misma ignorancia.

Sufre el perro su silencio
y el águila su hambre inhumana.
Sufre el gorila su tos en el pecho
y el caballo la velocidad en sus patas.

¡Seamos hombres, hagamos otra cosa!
Conversemos. Tomemos la palabra.

Ruy Henríquez
31 de marzo de 2012

TENER COMPASIÓN FUE SIEMPRE PERDER EL TIEMPO

A Carmen Salamanca por el sexto
“Nacida de un dios sin consecuencias,
elijo, para el hombre, osadía en la contienda
frente a la legendaria esclavitud de su ceguera.”

“Cielos Olvidados”

Yo la buscaba,
la buscaba indefinida.

Con boca de pez atormentado
seguía el tiempo
la atmosfera de no recordar jamás
de sepultar una a una,
las voces no escuchadas.

Desnudar firmas que buscan sus fechas,
arcos de relámpago,
donde cae lo que es amar.

Abro mi cuerpo y eres igual,
nombro tu inalcanzable sesgo,
tu águila virtual y las cárceles se agitan;
hay viento en la hermosura,
una cacofonía desplaza los territorios del amor
y no quieren rebotar,
multiplican su frenesí.

Avanzo con una fecha tumbando el papel-;
se alargan los ojos que vienen
a inundar la amplitud de tu sexo,
del hambre que no me acaricia,
que busco y se retuerce.

Clémence Loonis

BRILLOS EN LA NOCHE

Arranco un fragmento de mi puño,
tenso alguna gravedad
y doy media vuelta al vacío
para aparecer en el centro de tu verdad.

Me planto en la cima de tus pausas,
regreso al lugar que nunca estuve,
encontrando lágrimas imposibles
que hagan de mi algo imperfecto,
muy cerca del sol.

Nadie nos dijo aún
que no se podía andar montados
sobre alguna pasión descontrolada,
por eso, me inclinaré para buscar alguna
nueva experiencia que salga de muy adentro,
casi cerca de tu piel.

Cuando el día desaparece,
encuentro brillos en la noche,
flores en la noche,
y ahí, justo ahí,
la luna nos canta su mejor canción.

Leandro Briscioli

“TENER COMPASIÓN SIEMPRE FUE PERDER EL TIEMPO” Pavese

Hay nada cuando la compasión trepa, desaforadamente,
las ansias de un partir atropellado por el tiempo.

Tengo los huesos aminorados entre brumas beligerantes
de cientos de palabras que borran el eco de tu voz.

Naciste cobarde, ciega, sorda, y ahora, quieres verter tu bilis
sobre los humores de la historia sin dañar la sonrisa.

Quieres almacenar pedacitos de paciencia, apilados uno sobre otro,
al igual que los libros sacrílegos que el viejo sacerdote
esconde bajo su almohada de oraciones.

El Aconcagua nacerá de la soledad de los días,
esos días como plataformas vivientes
que flotan entre serpientes y cocodrilos.

Los arpegios de la muerte expanden sus enigmas
por frondosas selvas de misterio,
mientras verdugos adoran los desplantes de la virgen.

Hay profundidades en las cuencas de tu nombre
que prodigan pasos hacia el infinito,
hay aleteos compasivos que al despertar el alba,
guían mis pasos hacia la máquina del tiempo.

Tener compasión es perder el tiempo, me digo,
entonces abandono los hábitos,
me siento frente a ti, y escribo.

Magdalena Salamanca

TENER COMPASIÓN SIEMPRE FUE PERDER EL TIEMPO

Luego, luego vendrán los mares
ahora toca nadar.

El tiempo fue comprando en mis horas
los rasguidos del agua
y las pupilas otra vez destrozadas
por el reflejo de la lupa
con la que recorrí tu cuerpo.

En tu cintura cuelgan las nubes
que abrazamos aquella noche
y no condensa en mi imaginación.

La lluvia que no tendrá compasión de estas manos,
golpeará una y otra vez sobre los cristales
que se rompieron en mis últimos sueños,
agotando el antídoto de este nuevo amanecer.

Adrián Castaño
Sábado 16.00 hs

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