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domingo, 8 de febrero de 2009

ARTISTAS DEL VÉRTIGO. LA ROTURA.




Cuadro de Miguel Oscar Menassa. Título: Hombre va.

La primavera tarda en llegar.
El blanco de los montes no es el blanco de las ciudades,
en ellas todo está salpicado de dolor.

Pisadas y charcos y nieve derritiéndose
y el hielo cortando los rostros que sonríen
como si la nieve fuese la infancia, alguna ilusión,
o mamá tomándome en sus brazos para que no me tocara
ese frío glacial que tomó mi cuerpo y se instala
y ya no quiere irse de mi lado por más que el sol me tiende sus rayos
y el horizonte muestre lo irreal de la vida.

La rotura fue en la piel, un rasguito,
apenas unas notas desparejas.

Leve contacto del tiempo sobre las madrugadas
atestiguando el movimiento implacable y desparejo del amor.

Cruz González Cardeñosa

*****

Cuadro de Miguel Oscar Menassa. Título: Muchacha escapando en canoa.

¿A qué viene toda esa locura?
¿A qué el esperpento de creerse
invulnerable a la fragmentación
y al desencuentro?
Vagabas en un mar de sombras,
tú mismo sombra, vana esperanza.
El golpe despertó en ti
tu dormida alma.
Un latido en la oscuridad
se hizo escuchar
con un leve rumor de palabras.
Rota la juventud,
rota la calma,
tus manos se afanaron por encontrar
puentes de luz
hilvanando montañas,
senderos de viento
que hoyaran los pasos
de los hombres futuros.

Ruy Henríquez.

*****

Cuadro de Miguel Oscar Menassa. Título: Una escalera al cielo.

A mi me gustaba doblar las palabras,
hasta que se salvaban lanzándose en un paracaídas,
desde una montaña de azulejos verdes,
trabajados a fuerza de insistirle al verbo
que cantara una canción encontrada en una bolsa,
llena de árboles gigantes y pedacitos de cuentos de ayer.
Hasta que un día vino el rey de las tinieblas
y me dijo de forma sencilla,
que para mirar a los ojos y soportarlo,
hay que tener la valentía
de reconocer que un verso de verdad
no puede romperse,
en todo caso puede romperte
en puertas infinitas.
Hernán Kozak.

*****

Cuadro de Miguel Oscar Menassa. Título: Detrás del espejo.

Llevas un nombre cruel,
ceniza abriendo de par en par
los ojos de la piel.
Fue la locura invasora, fría,
en su baldosa de estrellas.

Nadie corría ya por la luna
ni saltaba por los esperpentos collares,
hitos, pausas de soledad
amarradas al límite, caída imposible.

La rotura, templo del amante,
flor seca y gritos en lo alto,
barre de los cielos los alaridos,
inmola la exigencia del encuentro.

¡Oh Cicatriz! No le encierres en su dolor único,
háblale de aquel viento que empujó la sangre,
ocupa toda su piel, galopa sus labios ametrallados
y susúrrale… que el amor, ese disturbio de padres,
palabras en cuclillas, es un beso que no espera la muerte.

Clémence Loonis.

*****

Cuadro de Miguel Oscar Menassa. Título: Ágiles bailarinas.

Con la paz de un halcón en pleno vuelo,
admirando tu imagen tornasolada,
envisto de regocijo el perfil de los años,
pavimento los torpes y ruidosos tropiezos,
y me preparo para deslizarme,
virtuosa entre las almas, hacia el futuro.

Con un clavel prendido en la solapa,
como si de un celebrar fuera preciso el vivir,
mantengo el gozo de mis manos
que pletóricas se pierden entre mis venas,
conquistando lo más hondo, la palabra.

Ese vicio radiante que simultáneamente
me posee y me abandona, me hace y deshace,
en rotos hábitos, día tras día.

Y se esconde, para huir, pero yo,
sabiendo de sus argucias, preparo un té,
me siento en su regazo, y escribo.

Magdalena Salamanca.

3 comentarios:

  1. ¡Qué rojo! ¡Qué desenfreno de palabras!¡Qué alegría! Gracias

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  2. Magdalena me gustó mucho esa frase del poema: "me preparo para deslizarme virtuosa entre las almas, hacia el futuro" que bueno cariño, lucía,

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