ARTISTAS DEL VÉRTIGO.
Sábado 9 de mayo de 2009.
REVISTA DE POESÍA
DE LOS TALLERES
GRUPO CERO
COORDINADOS POR CARMEN SALAMANCA
EN SU LECHO DE ORO
El viento amarrado en abril,
traslúcido
a la lujuria dispersa
en lomas
de dulces sueños,
después de años de ausencia,
se acerca,
por fin,
a mi boca.
En su lecho de oro,
mi destino
arroja dados
y tienta la suerte
en maneras de leer.
Pueden registrar
cifras innominables,
ecuaciones humanas,
gestadoras
de movimientos
infinitesimales,
simultáneos,
absolutamente matemáticos,
en versos
arrojados
a la ciudad
dormida.
Desvío anatómico
en medio del griterío,
de un silencio
en pie.
Suspendido
entre guijarros de la marcha,
semejantes
a ritmo de omoplatos,
desfigurándose
en truncas alas.
De pronto, crecen
hasta alcanzar
la muñeca pálida,
profeta
del vértigo de los dados
que la esperan
en la cuenca de su mano,
mirándome.
Y el cubilete
vuela
en un redoble
de tambores,
puntuando
la marcha,
que no puede
volver atrás.
Jaime Icho Kozak
Taller del sabado 13 hs.
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LA LIBERTAD
No quiso el agua del cañaveral
ni las frutas que de oriente traían los reyes.
Quería un sueño
aquel de la muerte temprana
de los soles difusos
el soñado un atardecer
mientras las gentes trabajaban en la mina
en los salitres
construyendo edificios y torres
armas de guerra...
Aquella tarde de ninguna nube,
sus ojos cegados por el tedio
sembró sobre su piel
piezas transparentes
rompecabezas autónomos
fantasías.
Lo enterraron junto a la libertad
que siempre lo acompañaba
bajo la sombra
de aquél árbol milenario
que se cruzó en su camino
y se clavó en su corazón
como una estaca
se clava en la tierra
y selló su destino.
Al despertar se despidió
de los días en blanco
y las noches en vela
se desprendió de los lazos
que le ataban a la muerte
se ató a ese ir y venir
de la palabras, y cambió
el rumbo de sus manos
que ya no fueron más
silencio de ultratumba
sino sencillamente color.
Cruz González Cardeñosa
Taller: Sábados 17:00 h
No quiso el agua del cañaveral
ni las frutas que de oriente traían los reyes.
Quería un sueño
aquel de la muerte temprana
de los soles difusos
el soñado un atardecer
mientras las gentes trabajaban en la mina
en los salitres
construyendo edificios y torres
armas de guerra...
Aquella tarde de ninguna nube,
sus ojos cegados por el tedio
sembró sobre su piel
piezas transparentes
rompecabezas autónomos
fantasías.
Lo enterraron junto a la libertad
que siempre lo acompañaba
bajo la sombra
de aquél árbol milenario
que se cruzó en su camino
y se clavó en su corazón
como una estaca
se clava en la tierra
y selló su destino.
Al despertar se despidió
de los días en blanco
y las noches en vela
se desprendió de los lazos
que le ataban a la muerte
se ató a ese ir y venir
de la palabras, y cambió
el rumbo de sus manos
que ya no fueron más
silencio de ultratumba
sino sencillamente color.
Cruz González Cardeñosa
Taller: Sábados 17:00 h
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UNA AUSENCIA
Dejaste la puerta tan abierta
que no pude entrar,
los cristales se rompen en mis manos
para seguir tocando los acordes
del réquiem, a mi vida.
El frene-sí a tu piel
me hace sospechar,
¿seré yo el asesino?
¿o todos los muertos
llevan mi nombre tatuado en los labios?
Las raíces envuelven
los cuerpos que me respiran,
sigo llevando piedras a las tumbas de la vid
que lastiman mi sangre
beoda de amor.
En la suma de todo lo perdido,
algo he ganado,
no hay más que tus pechos donde naufragar
en este mar sin orillas.
Inviernos rendidos a tu lengua fértil,
siempre estás donde no te busco,
quién diría que la suma de dos daría tres,
vientre del futuro.
Voy caminando por el puente de tu nombre
con el corazón transpirado
de tanto luchar con el olvido,
y mis pulmones de cenizas
vuelan con tu canto.
Las mañanas viven en mí,
con otros hombres,
con el canto del gallo ronco,
con el despertador ensordecedor
del reloj de arena,
con las campanas que suenan
en la catedral de tu cuerpo.
Adrián Castaño
Dejaste la puerta tan abierta
que no pude entrar,
los cristales se rompen en mis manos
para seguir tocando los acordes
del réquiem, a mi vida.
El frene-sí a tu piel
me hace sospechar,
¿seré yo el asesino?
¿o todos los muertos
llevan mi nombre tatuado en los labios?
Las raíces envuelven
los cuerpos que me respiran,
sigo llevando piedras a las tumbas de la vid
que lastiman mi sangre
beoda de amor.
En la suma de todo lo perdido,
algo he ganado,
no hay más que tus pechos donde naufragar
en este mar sin orillas.
Inviernos rendidos a tu lengua fértil,
siempre estás donde no te busco,
quién diría que la suma de dos daría tres,
vientre del futuro.
Voy caminando por el puente de tu nombre
con el corazón transpirado
de tanto luchar con el olvido,
y mis pulmones de cenizas
vuelan con tu canto.
Las mañanas viven en mí,
con otros hombres,
con el canto del gallo ronco,
con el despertador ensordecedor
del reloj de arena,
con las campanas que suenan
en la catedral de tu cuerpo.
Adrián Castaño
Taller de los Sábados 14.45 hs.
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DIOSA DE ALABASTRO
Esa gélida mirada
ese atónito desplante
atraviesa un intervalo indescifrable.
Buceando en sueños de colores
esgrimiendo amores que pilotan dirigibles,
entierras tu estela en un sórdido suspiro.
Cual autómata surcas pabellones
evitando el contacto de los prófugos,
tu refugio es el silencio,
ausente a la música del arpa
tu viaje es una quimera aterciopelada.
¡La compasión de los que dudan te enaltece,
diosa de alabastro!
Ana Velasco
Taller: Sábados 14: 45
Esa gélida mirada
ese atónito desplante
atraviesa un intervalo indescifrable.
Buceando en sueños de colores
esgrimiendo amores que pilotan dirigibles,
entierras tu estela en un sórdido suspiro.
Cual autómata surcas pabellones
evitando el contacto de los prófugos,
tu refugio es el silencio,
ausente a la música del arpa
tu viaje es una quimera aterciopelada.
¡La compasión de los que dudan te enaltece,
diosa de alabastro!
Ana Velasco
Taller: Sábados 14: 45
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PARA PODER
Arremetiendo contra todo,
fui desvaneciendo tormentas
donde sólo el cazador
podía liberarme
de esta sensación nuclear.
Casi sin ver,
alcancé los bordes
de una noche
y en la próxima palabra,
todo era oscuro, opaco.
No quería seguir
y, sin embargo,
uno de los hombres
que me habita,
me aturdía diciéndome:
hay que seguir...
Por eso,
sólo por eso,
me hice fuerte:
para poder continuar.
Leandro Briscioli
Taller: Sábado 14:45 hs
Arremetiendo contra todo,
fui desvaneciendo tormentas
donde sólo el cazador
podía liberarme
de esta sensación nuclear.
Casi sin ver,
alcancé los bordes
de una noche
y en la próxima palabra,
todo era oscuro, opaco.
No quería seguir
y, sin embargo,
uno de los hombres
que me habita,
me aturdía diciéndome:
hay que seguir...
Por eso,
sólo por eso,
me hice fuerte:
para poder continuar.
Leandro Briscioli
Taller: Sábado 14:45 hs
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EROTISMO DE LA PALABRA SED
Escapada de las canicas del oxígeno
llamo al líquido desván a acostarse.
Dame tu nombre y el agua ronronea su círculo
haciendo oscilar la tentación en mis labios.
Su vientre, una osadía de tiempos durmientes,
una apuesta que se pierde a cada soledad.
Mi dualidad, imán de nubes locas,
acecha un amante escurrido
desliza líquidos y parte enamorada
cuando sobre el monte de las tres letras
encuentra una anatomía donde jugar el final.
Clémence Loonis
Taller: Sábado 17h
Escapada de las canicas del oxígeno
llamo al líquido desván a acostarse.
Dame tu nombre y el agua ronronea su círculo
haciendo oscilar la tentación en mis labios.
Su vientre, una osadía de tiempos durmientes,
una apuesta que se pierde a cada soledad.
Mi dualidad, imán de nubes locas,
acecha un amante escurrido
desliza líquidos y parte enamorada
cuando sobre el monte de las tres letras
encuentra una anatomía donde jugar el final.
Clémence Loonis
Taller: Sábado 17h
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LA LIBERTAD
Tenía la noche una hendidura y quietas salamandras de marfil.
Poeta en Nueva York(F.G. Lorca)
Pase a la final de la liga de campeones
para el Barsa( 06/05/09)
Tenía aquella noche de Londres,
una hendidura de ave y de paso,
una luciérnaga roja dejándose acariciar
por las heladas costumbres de la derrota.
En otras ciudades centrales en su centro,
era difícil adivinar
si la amargura del que nada se juega
o la sal que a veces empaña los cristales
eran las que no dejaban mostrar los ojos que miraban.
Noventa y tres pulsaciones después,
a orillas de un verso
que se abre y te toca,
un grito de libertad,
un ladrón de nostalgias,
nos recordó,
que diversos caminos,
si uno quiere,
llevan a Roma.
Hernán Kozak
Taller de los sábados a las 17 hs.
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PARA PODER
Para poder dejar el habitáculo que te aprisiona,
tendrás que dejar de ser su prisionero,
parar la fábrica de barreras que eriges para ti,
que sólo permite el paso de palabras egregias
o el temor de mirar lo que no es develado.
Declarar la guerra a los aceros de tu piel.
Para dejarte decir, bastará con decir.
Antonia López
Taller: Sábados 14,45h
Para poder dejar el habitáculo que te aprisiona,
tendrás que dejar de ser su prisionero,
parar la fábrica de barreras que eriges para ti,
que sólo permite el paso de palabras egregias
o el temor de mirar lo que no es develado.
Declarar la guerra a los aceros de tu piel.
Para dejarte decir, bastará con decir.
Antonia López
Taller: Sábados 14,45h
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TU FRENTE HECHA DE NIEVE
Lanceada esgrima de esdrújula punta,
complicado afán de conquista,
tibieza de trueno espantando
el color crema de la tarde,
De tu miedo: amo el paraiso
perdido de tus besos.
Lanceada esgrima de esdrújula punta,
complicado afán de conquista,
tibieza de trueno espantando
el color crema de la tarde,
De tu miedo: amo el paraiso
perdido de tus besos.
Miguel Martínez
Taller de los sábados a las 14.45 h.
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NINGÚN RESTO NOS DELATARÁ
Son como instantes de silencio
los besos que envuelven mi piel
antes del delirio.
Jugar a ser del cuerpo su melodía
su ambivalente naufragio.
Romper el equilibrio del cielo
que se alterna entre tus manos y las mías
recorriendo vértices,
uniones a un mundo sin voz,
que nos observa
sin saber, qué pasará después.
Inundados de oscuridad
flameamos las sábanas con ternura,
deshacemos las horas
mientras obturamos con rivalidad
todas las aberturas del encuentro.
Con la mínima certeza,
con verdadera inquietud,
la habitación respira asmáticamente
cada caricia, cada dilema;
las miradas detenidas,
tus ojos se retuercen ávidos,
ansiosos de mí,
me buscan pero yo...
Yo, reconstruyo una a una mis vértebras
que se yerguen ante ti,
como tú antes frente a la desnuda silueta,
esa verdad incandescente
que me plantea por momentos la muerte,
y se sostiene sola,
mientras asciende entre mis pechos,
hacia mi boca.
Como manjar de textura firme y tacto de melocotón,
me hundo para encontrarte en los huecos del alma,
mientras mi lengua sigilosa,
enloquece hirientemente, sin vergüenza,
con la papilas desatadas al sabor de tu piel,
al ridículo desastre de una catástrofe natural.
Ya te dije que el mundo nos mira,
y tú, te retuerces como escorpión herido,
mientras el goce te condena
en este infierno de pasión.
Llamas de viva luz,
vientos de intensidad máxima,
explosiones nucleares,
cenizas...
Todo, quedó destruido,
ningún resto nos delatará.
Magdalena Salamanca
Taller de los sábados a las 17 hs.
Son como instantes de silencio
los besos que envuelven mi piel
antes del delirio.
Jugar a ser del cuerpo su melodía
su ambivalente naufragio.
Romper el equilibrio del cielo
que se alterna entre tus manos y las mías
recorriendo vértices,
uniones a un mundo sin voz,
que nos observa
sin saber, qué pasará después.
Inundados de oscuridad
flameamos las sábanas con ternura,
deshacemos las horas
mientras obturamos con rivalidad
todas las aberturas del encuentro.
Con la mínima certeza,
con verdadera inquietud,
la habitación respira asmáticamente
cada caricia, cada dilema;
las miradas detenidas,
tus ojos se retuercen ávidos,
ansiosos de mí,
me buscan pero yo...
Yo, reconstruyo una a una mis vértebras
que se yerguen ante ti,
como tú antes frente a la desnuda silueta,
esa verdad incandescente
que me plantea por momentos la muerte,
y se sostiene sola,
mientras asciende entre mis pechos,
hacia mi boca.
Como manjar de textura firme y tacto de melocotón,
me hundo para encontrarte en los huecos del alma,
mientras mi lengua sigilosa,
enloquece hirientemente, sin vergüenza,
con la papilas desatadas al sabor de tu piel,
al ridículo desastre de una catástrofe natural.
Ya te dije que el mundo nos mira,
y tú, te retuerces como escorpión herido,
mientras el goce te condena
en este infierno de pasión.
Llamas de viva luz,
vientos de intensidad máxima,
explosiones nucleares,
cenizas...
Todo, quedó destruido,
ningún resto nos delatará.
Magdalena Salamanca
Taller de los sábados a las 17 hs.
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Estabamos todos despiertos, estabamos todos dormidos. De repente aparecio la poesía. Fue un gustazo leer el post
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