Cuadro de Miguel Oscar Menassa. Título: La vida en el mar II.
MOVIENDO EL MUNDO
Moviendo el mundo,
me encontré con un rojo furioso
que inquietó mis impulsos
y estalló en la cima de una montaña voraz,
llena de noches en mi cama.
Encontrándote,
fui desparramando caminos,
en donde la tierra no conoce
la desesperación fina del encanto.
Envuelto entre colores,
se atormentan los pasos de mis días
y al llegar al centro de la vertiente,
caigo rendido a los pies del trovador
que me canta susurrando,
que me mira muy despacio.
Me muevo,
para no ser detenido por ninguna quietud estática,
para seguir buscándote.
Me muevo,
para encontrarme en el futuro con mis versos.
Leandro Briscioli
Taller: Sábados 14.45 h.
Moviendo el mundo,
me encontré con un rojo furioso
que inquietó mis impulsos
y estalló en la cima de una montaña voraz,
llena de noches en mi cama.
Encontrándote,
fui desparramando caminos,
en donde la tierra no conoce
la desesperación fina del encanto.
Envuelto entre colores,
se atormentan los pasos de mis días
y al llegar al centro de la vertiente,
caigo rendido a los pies del trovador
que me canta susurrando,
que me mira muy despacio.
Me muevo,
para no ser detenido por ninguna quietud estática,
para seguir buscándote.
Me muevo,
para encontrarme en el futuro con mis versos.
Leandro Briscioli
Taller: Sábados 14.45 h.
Cuadro de Miguel Oscar Menassa. Título: Juntos al amanecer.
MOVIENDO EL MUNDO
Las noches se montan a los caracoles
que viajan en dirección a tu nombre
con la lentitud de su especie.
Las once agujas se siguen clavando en mi reloj
y el cadalso está a punto de abrir sus puertas a mi boca,
para que la úvula desprenda tu voz de mi garganta.
Ya no sé si respira esta noche,
sólo sé que otra guitarra
suena en tus párpados perfectamente calibrados,
y yo aquí me quedo, con la música,
con la voz que habla del futuro,
con todos los vientos que arrasaron los techos del poeta,
para mudarme definitivamente de piel.
No temo, porque el deseo de volar sigue intacto,
y no hay más alas que las que quieren el movimiento
del aire, que sólo dos bocas pueden producir,
treinta en Eros, treinta dedos de frente y treinta oscuridades
con sus respectivas sombras,
lloverán sobre esta nueva canción de adiós.
Adrián Castaño
Taller: Sábado 14.45 hs.
ENTRE TANTA CALMA
Ando por los caminos
con el ángel custodio adormecido.
Escucho las voces de los muertos,
leves susurros elevando a los cielos
plegarias.
Caigo de rodillas sobre la sincopada inteligencia
de tus labios en calma, y te imploro clemencia,
como si de un dios se tratara, ¡oh, tiempo!
Cruz González Cardeñosa
Taller: Sábados 17:00 h
Cuadro de Miguel Oscar Menassa. Título: Húmeda sed.
ENTRE TANTA CALMA
Entre tanta calma el azul se despereza,
contagia la mañana, blancas nubes austeras,
regalo del viento que inquieto se acerca,
con su cromático sueño, con su botánico desvelo,
al hombre que se afana por llegar a tiempo,
al obrero que corta el pan, mientras piensa
que hoy también habrá de cobrar su salario
de soles y de penas.
El frío metal, el golpe helado,
suena como eslabones de una larga cadena.
Son sus monedas óvolos de letras
que a sus manos atan la herramienta.
Viene la fábrica cantando,
viene con su trajín de fiesta.
Entre tanta calma se oye, a lo lejos,
el tic-tac del trabajo, su juventud eterna.
Ruy Henríquez
Taller: Sábados 17:00 h.
ENTRE TANTA CALMA
Las calles están llenas de baba,
seca, dura, fresca, resbaladiza.
Al que levanta la voz de la lapida,
le regalan un disparo que le rompa la palabra.
Si el acto ha sido cometido con reiteración manifiesta,
el cuerpo es el que sufre, una sola vez.
Cuando el sujeto ha podido blandir su espada
de letras, de fuego, de afrentas de costado
al corazón,
se corta, dejando siempre que sobre,
un manto negro sin estrellas
y se mancha su nombre de lejanía.
Hernán Kozak
Taller: Sábados 17:00 h.
Cuadro de Miguel Oscar Menassa. Título: La dama verde.
TRABAJAN TODOS MIS MALES
Sin tiempo
trabajan todos mis males,
reflejados en grandes ciudades,
semidespiertas
en extensiones
de la mañana que se parte.
Con tales avatares,
¿acaso la pluma que tomo
y el papel en que escribo
son misterios menores de mi subsistencia?
Escucho fantasmas de luz excesiva,
traslúcidos a mis huesos
en cada oleada de verbos
y perfumes.
Linaje de salivas altivas
que se consumen
en la alineación del fuego.
Soy del tamaño que veo:
a veces,
empujo mi mirada,
lejos de todo cielo.
Y cuando no pienso en nada,
entre ella y yo,
crepitan abanicos
en la pereza
de labios entreabiertos,
frente a gaviotas
levantando vuelo,
en vinos a la deriva
donde crece la jungla.
En ese momento,
tengo todo dispuesto:
sacio mis esquinas,
arrastro dialectos,
fronteras infinitas,
y disuelvo su tácita armonía.
Jaime Icho Kozak
Taller: Sábados 13.30
Cuadro de Miguel Oscar Menassa. Título: La máscara de Nofret.
ENTRE TANTA CALMA
Las aguas profundas revolotean el atardecer.
Todo ha terminado en el corazón.
Cerraron los largos fuegos,
la incandescencia de la primavera,
la válvula de vida, la muerte de la tierra.
De un país subterráneo,
brotan burbujas en el aire del aire,
eclipses redondeados en los reflejos.
Ha caído tu voz en otra voz.
El campo escucha a eso que terminó.
Un estremecimiento de hojas va y viene,
ríe la luz en la lluvia, los labios fríos
mantienen el encandilamiento de los destellos.
He aquí la bestia loca;
vislumbra entre sus somníferos
el día en qué el verso sea sólo verso.
Clémence Loonis
Taller: Sábados 17:00 h.
Cuadro de Miguel Oscar Menassa. Título: Visita inesperada.
MOVIENDO EL MUNDO
El rumor agitado de las hojas al silbido del aire,
el calor de las ascuas que aguardan, encendidas,
el silencio húmedo del mar.
Agosto se ilumina con noches de insomnio.
Pasillos hospitalarios repiten su monotonía
de otra noche calurosa al desvelo.
Los sueños azules se sumergen en oxígeno
y habrá voces desmayadas en un charco.
Senderos por donde el mar camina, extraviado,
hasta mirarse en el fondo de unos ojos,
que le entreguen su última sal.
La única vía de seguir moviendo el mundo.
Antonia López
Taller: Sábados 14:45 h.
Cuadro de Miguel Oscar Menassa. Título: La propia vida del hombre.
SOSIEGO
Lloramos mucho a diario,
pero hay rincones del alma
donde no hay llanto.
Son lugares sin sombra,
abiertos como rama que nace de mi cuello,
a un profundo infinito
de una sonrisa sin límites,
Cruzó, ese más allá.
Para mí, es una simple orden,
¿ Por qué habría de cuestionar
a los ojos que miran el rastro de mi sombra?
Decido arrancarme el dedo que señala mi dolor,
y lanzo mi última flecha a las lágrimas
que nublan mi visión del mundo.
Y vuelvo a rugir, como caballo bajo tormenta.
Golpe de cascos,
Imperativas palabras.
Miguel Martínez
Taller: Sábados 14:45 h.
Cuadro de Miguel Oscar Menassa. Título: Abandonamos todo cálculo.
ENTRE TANTA CALMA
Perpleja ante la inmensa soledad de su blancura
me alejo deprisa, como en una huída hacia el espanto
que se consume en vida por sus propios avatares.
Con la respiración alterada y el pliegue de los días raído,
camino por los posos de un café color soledad
y llego, casi sin aliento, al teclear raudo, sin pausa; a tu encuentro.
Adscrita sin compasión al misterioso desatino de las letras
me avergüenzo de lo que, sin registro, habla en silencio
de la inmensa verdad que involuntariamente franquea mi destino.
Me comparto sigilosa con el bienaventurado ritmo del pulgar
y sin mediar palabra alguna, me deslizo en expresión algebraica
sobre la planicie virginal de un destino por escribir.
Entonces, se abren las compuertas del soterrado deseo,
y con virtuosa estrategia, me tumbo sobre sus aguas,
para flotar al vaivén de las olas de un mar embravecido.
Manchas multicolores de luz incandescente
prodigan la exhibición de tu grandeza, difuminada por el rocío
que, a la mañana, cubre campos yertos de palabras.
Gritos necios, zafios, tercos en sus insistencia,
blasfeman el poder del verbo y piden su rendición
ante la abigarrada pureza de sus encantos.
Magdalena Salamanca
Taller: Sábado 17:00 h.
Cuadro de Miguel Oscar Menassa. Título: Ferocidad detenida.
MOVIENDO EL MUNDO
Una pródiga lágrima se rompió en mil esquirlas
ante el recuerdo de un caballo índigo,
de cabellos al sol,
de un cuerpo serpenteando ante la melodía del azahar.
Una inflexión rompió el ensueño:
esa manada de cuervos delirantes
encerraron la belleza en cajones fanáticos.
Todo lo femenino se envolvió en sombras de antracita,
las risas en ríos de pedestal y el saber en atrocidad.
La renuncia al confinamiento era el galope de una máscara
atravesando quinientos años.
Mas los ojos no permanecerán callados,
como alazán con las crines al viento
al final de una canción
revolotearán sus cabellos plateados
y un verso pondrá fecha sobre esa ondulación.
Ana Velasco
Taller: Sábados 14:45 h.
Los sueños azules se sumergen en oxígeno
ResponderEliminary habrá voces desmayadas...
Felicidades poeta.
Gracias por citar mi poema, Elkrow. Seguiremos leyendo, mientras tanto, para no desfallecer. Un saludo.
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